La Gnosis
La Gnosis y las Escuelas de Autoconocimiento
En la antigüedad autoconocimiento = ciencia = espiritualidad. En la actualidad no reconocemos que estamos conectados con todo lo que nos rodea; las personas, la naturaleza, las historias. Esa desconexión dicta el ritmo de vida de la persona promedio en la actualidad caótico, desorganizado, controlado por factores externos.
Ahora todo lo que nos empujan a consumir (música, televisión, etc) enseña exactamente lo contrario a las escuelas del autoconocimiento. Las historias se centran en el ego, en el “yo” como un ser que puede existir independientemente a lo que nos rodea desde el inicio de los tiempos. Se concentra en lo material como objetivo absoluto y nos aleja cada vez más de la armonía y del conocimiento verdadero del ser.
Hay que empezar a consumir cosas que nutran nuestra alma, que nos empujen a vivir conscientemente y acercarnos de vuelta a lo que nos rodea y existe en perfecta armonía por defecto y sin intentarlo. Hay que hacer preguntas y cuestionar todo lo que nos rodea, hacerlo siempre. Hoy en día, muchas veces ni sabemos por qué, verdaderamente, algo “no nos gusta” o “no lo queremos hacer”. Pensamos que lo que “queremos” lo queremos “de verdad”, siendo que muchas veces esto es lo que nos dicen, es la programación, es lo que tomamos de lo que consumimos.
Asumimos que todo lo que ocurre es algo separado a nuestro ser, ignoramos que como es afuera es adentro. Nuestros pensamientos y emociones no son nuestros, no nos definen y no deberían tener poder sobre nuestras reacciones y decisiones, tenemos que practicar ser observadores para liberarnos de esas ataduras.
La gnosis es recibida, pero nace realmente cuando nosotros podemos hacer la conexión entre ese conocimiento dado por revelación con las ocurrencias de nuestra vida cotidiana, cuando salga de dentro nuestro. Debemos observar atentamente (dentro y fuera nuestro) y encontraremos gnosis en lo que percibimos conscientemente.
La clave para la verdadera felicidad está en vivir en el presente completamente, y esto es algo que hay que preguntarnos constantemente. “¿Realmente estoy en este momento?”
Todo lo que no es consciente produce desarmonía.
¿Por qué una persona quiere emborracharse?
Para no sentir.
¿Qué no quiere sentir y por qué?
Hay que tratar de desglosar nuestras experiencias de esta manera, pelando las capas hasta encontrar lo que verdaderamente nos lleva a hacer nuestras elecciones, allí conoceremos el equilibrio. Lo espiritual está en detalles como estos, no necesariamente en una religión organizada.